Amanecimos en una Hendaye grisona, saboreamos un desayuno tempranero y tomamos el carro para devolverlo en la agencia del aeropuerto de San Sebastián, que está en Fonterrabía. Un ida y vuelta a España que se hace en un abrir y cerrar de ojos. El regreso a Hendaye se hace en taxi y tiene sus reglas. La carrera, y los choferes están claros de eso, se hace hasta antes de cruzar la frontera, que es el puente sobre el río Bidasoa. Bajamos del taxi en la avenida de Iparralde, cruzamos el puente, que se llama de Santiago, y caminamos hasta el hotel para recuperar bicicletas y equipajes. Las bicicletas, desmontada la rueda delantera y guardadas en una bolsa de viaje para ciclos. Del hotel Santiago a la Gare d’Hendaye, apenas doscientos metros, o un poco más?, no recuerdo, el tiempo apremiaba y nuestro tren a Paris tenía fijada su salida para las 10h05 de la mañana. El tren ya estaba en su andén cuando llegamos, marcamos los billetes y esperamos la orden de montar. El camino de vuelta se achicaba, el tren comenzó su maniobra de arranque, nosotros nos acomodamos en nuestros confortables asientos de primera clase, y el camino, el Francés, el de Compostela, el que nos llevó a Santiago, comenzó a ser historia en nuestras vidas… ©eW&cAc
mardi 6 juillet 2010
lundi 5 juillet 2010
De Vitoria a Hendaye como una bala…
Pauta en Vitoria (La ciudad pintada!)
En dirección de Bilbao
dimanche 4 juillet 2010
Pauta nocturna en Asturias
Ruta sin pauta definida
Fisterra (Cabo Finisterra)
samedi 3 juillet 2010
Gentes del camino
Peregrinos
Santiago, dédalo de callejuelas…
…y a cada paso un muro, una puerta, una fachada, un edificio a contemplar, un interior a escudriñar. Hice un aparte a la huella de San Roque en la ciudad compostelana. Necesitaría el triple de mi tiempo para echar a volar el recuerdo y escribir en este camino virtual todo aquello que resulta interesante a los ojos de un peregrino, ávido de historias, y de piedras que la sostengan. El trazado urbano que nos lleva a la catedral, y luego perderse en el laberinto de calles, es, sin exagerar, un museo viviente. Evocadores nombres de calles, y entre ellos, aquel que me hace recordar a nuestra ciudad, la ciudad de Marta: Santa Clara. En la Rúa de Santa Clara, dos conventos, el convento do Carme, y el de Santa Clara. Capillas, iglesias, seminarios, conventos y monasterios, al final de una travesía, en el recodo de una “praza”. Parques y plazas. Hemos disfrutado de la Praza do Obradeiro, de Praterías, da Inmaculada. Otras de pasada, algunas sin detenernos: la plaza de Galicia, Roxa, do Toural, la de Cervantes, y da Quintana. El patrimonio santiaguino es un largo inventario de nombres e historia. Una ciudad a no faltar, si se tiene tiempo y la curiosidad los empuja hasta el embrujo. Las casas, palacios y plazas, lo descubrirán si hacen el camino hasta la casa de Santiago. Les muestro algunas fachadas de edificios religiosos. ©eW&cAc